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03 septiembre, 2014

Ashya King y el tratamiento de protones

Bienvenidos a Artesanos del Metal

Las autoridades británicas se han columpiado a base de bien, acusar de malos tratros y desatención a un menor es algo muy serio y no puede hacerse a la ligera. 

Cuántos niños hay de verdad que sufren malos tratos, abusos, desatención por parte de sus propios padres y no se hace nada, y cuando llegan unos padres que lo que buscan es un tratamiento alternativo, el cuál están ellos mismos dispuestos a pagar usando su patrimonio, tenían que, sino dar el visto bueno, al menos no poner trabas al traslado en unas condiciones que garanticen la seguridad y el bienestar del niño. 

Para rematar, en España, donde han sido detenidos y puestos a disposición judicial los padres, mientras se decide si los extraditan a Inglaterra o no, los medios de desinformación masiva, no se a cuento de qué sacan que si los padres son testigos de Jeová. 
Por mi familiaridad con el mundo sanitario, reconozco que la pobre explicación que escuché por televisión me indujo a pensar que eso del tratamiento de protones era cosa poco menos que de homeopatía, como cuando los testigos de Jeová se niegan a recibir una transfusión sanguínea de un donante cuando, según ellos, existe una alternativa mediante sangre sintética... vamos a dejar la sangre sintética para esa miserable serie de vampiros llamada True Blood, porque nada más lejos de la realidad, es un tratamiento de radioterapia como el que iban a darle los médicos del hospital británico, solo que emplea un acelerador de partículas que canaliza los protones de forma más localizada sobre el tumor, aumentando la dosis de exposición para dañar las células cancerígenas y reduciendo el área tratada, con lo que tiene menos efectos secundarios a largo plazo, muy a tener en cuenta en el caso de niños tan pequeños. 

El propio gobierno británico ha puesto 250 millones de libras en construir 2 centros para tratar a sus pacientes en Inglaterra, pero no estarán operativos hasta 2018. Mientras tanto, en Europa, hay 3 en Alemania (Essen, Berlin y Munich), 2 en Francia (Orsay y Nice), 1 en Suiza (Villigen) y el de República Checa (Praga), que ofrece el mejor tratamiento y más económico, y es al que habían contactado los padres. 

Antes de echarles a los perros se tenían que haber puesto en contacto con los médicos en Praga. Y antes de forzar a los padres a "secuestrar" a su propio hijo del hospital, tenían que haberles ayudado a tramitar el traslado medicalizado hasta República Checa. Si hubieran hecho eso, estoy segura de que no habrían necesitado hacer escala en España.

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